Y se fue nomás. Pese a las ahora injustas suspicacias sobre alguna mano negra dentro del fútbol nacional, la cual salvaría a River Plate de su obstáculo fue totalmente errónea. Es más, la cruel verdad refleja que los de Nuñez fueron perjudicados por la autoridad de turno, en este caso Pezotta, con el penal no sancionado sobre Carusso que seguramente quede en la historia. Claro está que luego le dio uno sobre el mismo pero ese era más discutible.
Belgrano de Córdoba, sin nada que envidiar, se llevó el cruce contra “el más grande argentino”. Bien merecido tienen este ascenso por lo hecho más que nada en el último trayecto del torneo Nacional, el cual se vio opacado por el turbio comienzo del mismo.
Lo que ahora espera es que es lo que hará el multicampeón argentino. Se adaptará a la nueva categoría o esta última se adaptará a lo que proponga River. Lo cierto es que las complicaciones no cesan. Desde los ingresos hasta los viajes. Teniendo en cuenta que en la B Nacional hay equipos de todos los rincones del país y no está tan centrado en Capital como en la máxima categoría. Sumado a esto que no podrá contar su público cuando juegue de visita (hasta el momento es así, no se va a cambiar por un simple equipo nuevo en la categoría se supone, pero como está manejado el fútbol local ya no se puede suponer absolutamente nada).
Decir Lamela, Pavone, Carusso, Díaz, Afranccino, la promesa Villalba, es decir grandeza. Por sus nombres River no debería tener complicaciones, pero cierto es que son muy diferentes ambas categorías. Hay jugadores que son para la B Nacional por que es otro juego totalmente distinto. Así que habría que ver que tipo de plantel conservan los millonarios para el año próximo.
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